
GLM – 22
Entrevista
“Gracias, jefe”
Con un carácter alegre y abierto y una gran facilidad
para pasar del dicho al hecho, nuestro padre
siempre ha sido muy querido tanto dentro como
fuera de casa. Tiene una gran capacidad para escuchar y
analizar y un saco de anécdotas capaz de llenar cualquier
reunión.
Desde pequeños nos ha educado con ejemplo y
motivación, enseñándonos lo importante que es el
esfuerzo de cara a la satisfacción final. Incluso jugó
los campeonatos de pádel del club de pareja con cada
uno de nosotros, incluido uno mixto en el que alternaba
partidos con Ana y María, que tenían 10 y 8 años
respectivamente.
Con fama de ganar a todo, se le dan bien tanto
los deportes como los juegos de mesa, desde el
backgammon al bridge, con el que llegó al equipo
nacional. Según sus amigos, es capaz de meter cualquier
putt si vale para ganar. Podría decirse que tiene un
instinto que le ayuda a elegir el golpe correcto en el
momento preciso en la pista, en el campo y en la vida. En
la vida que le llevó a conocer a Carmen de Mendizábal,
la Santa, y juntos siguen 5 hijos y 13 nietos después,
jugando y dando ejemplo. Aunque en esta partida los
ganadores también somos nosotros. ¡Gracias, jefe!
——Pablo Silvela de Mendizábal
El jefe ha sido y será para nosotros
siempre un referente. De pasión,
de entrega, de trabajo, de hacer fácil lo
difícil…, y eso sólo se consigue con trabajo,
constancia y talento. Esa sensación de que
siempre tiene un as en la manga, que sabe
cuál va a ser tu próxima jugada y, al mismo
tiempo, te va llevando por un camino que
crees que eres tú quien va al volante;
es un auténtico mago en ese sentido.
«El jefe ha sido y será
siempre para nosotros un
referente. De pasión, de
entrega, de trabajo».
Pero, sobre todo, yo me quedo con su
sentido de la justicia y el deber. Tanto en
el trabajo, como en los círculos familiares,
como entre amigos, siempre ha sido para
nosotros alguien a quien mirar cuando
buscas un ejemplo de cómo se deben
hacer las cosas. Esto no es algo sólo de su
familia, está también respaldado por las
muestras de cariño de todos los que han
tenido la suerte, como es nuestro caso, de
haberle acompañado en su camino.
El Club de Golf la Moraleja ha sido
su segunda casa, mucho más que un
trabajo, una parte importante de su vida
en la que cada día nos dejaba un trocito
de lo que para él ha sido una forma de
vida que combinaba familia, trabajo
y deporte. Una filosofía que cada día
intentamos transmitir a nuestros hijos
como él hizo con nosotros. ¡Gracias jefe!
——Rafael Silvela de Mendizábal
——Por Pablo y Rafael Silvela de Mendizábal